Comenzó el invierno y como siempre nos acordamos tarde de la calefacción, como decía mi abuelo en verano hay que prepararse para el invierno pero el día a día nos hace olvidar del tema y cuando queremos acordar ya tenemos el frío adentro de la casa.
Las salamandras y calefactores a leña siguen siendo una buena opción sobre todo para lugares donde es fácil proveerse de buena leña. No es que necesitamos ser unos leñadores profesionales pero el manejo de estos artefactos nos lleva a desarrollar algunas habilidades que no teníamos en mente.
Por ejemplo: Conseguir un proveedor de leña, ir hasta el lugar, seleccionar, trasladarla hasta la casa, descargar y cargar el leñero son algunas de las actividades que requiere el uso de este tipo de calefacción.
Hay personas que dicen que no son leñadores y que por eso tienen la estufa abandonada o cuando la requieren la hacen funcionar mal. Otras, en cambio, que esta estufa no calienta nada, no sirve este sistema, todo por no saber usarla.
Entonces lo primero es informarse y estudiar todo el proceso que incurre en el funcionamiento de estos aparatos.
Lo primero es saber las medidas del lugar que queremos calefaccionar y que sensación de calor queremos tener. Si somos personas muy friolentas, si nos gusta tener el living como un caribe o simplemente ser un templado que quiere ver un fueguito.
Buscamos precios sin importar tanto la calidad y es ahí cuando nos equivocamos, también existe una gran expectativa al respecto por lo que recomendamos primero leer, informarse bien de que se trata y luego comprar.